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Las mutaciones silenciosas en los virus podrían dar luz a nuevos mecanismos para desarrollar nuevas vacunas y más seguras

El grupo de Variabilidad Genética del VIH y del VHC publica este mes en la revista ‘Trends in Microbiology’ un artículo de revisión sobre la investigación en el campo de las mutaciones silenciosas, que son aquellas que en un principio parecían no afectar a la evolución y ciclo de replicación de los virus pero que trabajos recientes han demostrado que pueden modificar drásticamente su biología.

  • El artículo señala las potenciales utilidades de estas mutaciones, como la atenuación de virus para usarlos en vacunas o como vectores de terapia génica. También pueden servir como herramienta para la exploración de la biología de los virus, una de las líneas de investigación que sigue ahora el grupo de IrsiCaixa liderado por Miguel Ángel Martínez.

El grupo de Variablidad Genética del VIH y del VHC de IrsiCaixa publica este mes en la revista Trends in Microbiology un artículo de revisión sobre la investigación en el campo de las “mutaciones silenciosas”, que son aquellas que, en un principio, se creía que eran neutrales pero que recientemente han demostrado tener un efecto sobre la estructura de los organismos. En su artículo, el grupo de IrsiCaixa liderado por Miguel Ángel Martínez concluye que la manipulación de estas mutaciones podría tener diversas utilidades, como la atenuación de virus para ser usados en vacunas o como vectores de terapia génica, o también podrían ser utilizadas para profundizar hacia un mejor conocimiento de la biología de los virus.

Las mutaciones “silenciosas” o “sinónimas” se llevan a cabo sintetizando químicamente un genoma. La investigación en este campo es relativamente nueva en la biomedicina y de momento se ha centrado en el campo de la virología, debido a que el genoma de los virus es más pequeño y, por tanto, más fácil de manipular. En un principio se creía que estas mutaciones eran neutrales y no provocaban ningún cambio en el conjunto de caracteres hereditarios del virus, conocidos como fenotipo, pero se ha observado que, dependiendo del número de mutaciones y de la región del genoma del virus donde se introduzcan, pueden llegar a atenuarlo o incluso destruirlo. Según expone el artículo de Trends in Microbiology, los avances en este campo tienen diversas aplicaciones, como la exploración de la biología de los virus.

Diversos estudios realizados con VIH han demostrado recientemente que ciertas modificaciones en la secuencia silenciosa del virus pueden modificar absolutamente su biología e incluso llegar a hacerlo inviable. Esto puede aplicarse a todos los virus, llamados “persistentes”, que, aunque lleguen a controlarse, nunca desaparecen del cuerpo. La investigación sobre el efecto de las mutaciones sinónimas en el VIH es una de las líneas de investigación que sigue ahora el grupo del Dr. Martínez.

Virus atenuados

Otra posible utilidad de estas mutaciones serían las vacunas atenuadas. Las vacunas atenuadas son aquellas que contienen agentes infecciosos que han sido cultivados en condiciones bajo las cuales pierden o atenúan sus propiedades patógenas, de forma que el microorganismo puede generar respuesta inmunitaria pero su capacidad para producir enfermedad se encuentra atenuada. Así, al inyectarlo en una persona ésta no enferma, pero su sistema inmunitario lo reconoce y genera defensas contra él. La primera vacuna atenuada fue la de la polio, en los años 50, y desde entonces se ha desarrollado una gran variedad, como las de la gripe, el chikungunya, el dengue o el virus respiratorio sincitial. “Ahora, la aplicación de estas mutaciones sinónimas nos podría permitir elaborar vacunas atenuadas mucho más seguras, que posibilitarían conservar toda su capacidad de generar anticuerpos pero garantizando que su aplicación no conlleve la reversión de su virulencia”, explica el Dr. Martínez.

Finalmente, la investigación en este campo podría aplicarse a la terapia génica, un tratamiento que consiste en la introducción de genes específicos en las células de un paciente con el objetivo de combatir ciertas enfermedades. Su aplicación se detuvo hace unos años debido a que los genes se introducían mediante vectores que solían ser esqueletos víricos y podían tener cierta virulencia. “Mediante mutaciones silenciosas podríamos obtener vectores mucho más seguros que nos permitirían retomar este tipo de tratamientos”, afirma Martínez.

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