Se identifican factores médicos y socioeconómicos asociados al riesgo de sufrir y recuperarse de la covid persistente
El seguimiento durante dos años de más de medio millar de personas que han pasado la COVID-19 muestra que el sexo, las enfermedades previas al diagnóstico y el nivel de estudios son factores predictivos del desarrollo y la recuperación de la covid persistente
Miles de personas en España sufren la “Condición Post-COVID-19” o covid persistente, una enfermedad invalidante que supone un gran problema para quien la padece, así como un gran reto para los sistemas de salud. El seguimiento de 548 personas que han sufrido la COVID-19 ha permitido identificar factores médicos y socioeconómicos que se asocian al riesgo de desarrollar y recuperarse de la covid persistente, y ha observado que la recuperación es minoritaria durante los primeros dos años de enfermedad. Los datos obtenidos remarcan la importancia de preparar los sistemas de salud para que tengan la capacidad de dar respuesta a todas las personas que sufren covid persistente.
Ésta es la principal conclusión de un estudio realizado por la Unidad de covid persistente del Hospital Germans Trias, la Fundación Lucha contra las Infecciones y el Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa –centro impulsado conjuntamente por la Fundación “la Caixa” y el Departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya. Estudios como éste, que se publica hoy en la revista The Lancet Regional Health - Europe, se convierten en clave para avanzar en el conocimiento de un síndrome aún poco conocido como la covid persistente.
Se estima que entre un 5 y un 10% de las personas que pasan la COVID-19 siguen con una amplia variedad de síntomas meses después de la infección. “Es esencial definir y entender este síndrome y sus implicaciones para identificar estrategias de prevención, diagnóstico y tratamiento que ayuden a las personas afectadas. Con este objetivo, y de forma pionera, decidimos hacer un seguimiento exhaustivo y prolongado de las y los pacientes”, explica Lourdes Mateu, coordinadora de la Unidad de covid persistente del Hospital Germans Trias. Mateu remarca que: “el gran número y variedad de órganos y sistemas afectados por la covid persistente, evidenciado por múltiples estudios internacionales, requiere que trabajemos de forma multidisciplinar y coordinada entre los hospitales y la atención primaria. Ésta es una enfermedad todavía poco conocida, pero es real y causa un gran impacto en el conjunto de pacientes y la sociedad. Es necesario combinar una atención clínica empática y de máxima calidad humana, con una investigación rigurosa que nos permita encontrar mejores herramientas diagnósticas y tratamientos efectivos. Es imprescindible trabajar en red, escuchando y haciendo participar activamente a las personas afectadas.”
Las mujeres y las personas con comorbilidades, las más afectadas por la covid persistente
La cohorte del estudio está formada por 548 personas que pasaron la COVID-19 hace más de 2 años, de las cuales 207 se recuperaron totalmente y 341 desarrollaron covid persistente. “Se trata de uno de los estudios de seguimiento de la evolución clínica de personas con covid persistente más grandes y prolongados llevados a cabo hasta ahora”, remarca Marta Massanella, investigadora principal de IrsiCaixa.
Gracias al análisis estadístico de estos dos grupos de personas, se ha podido identificar, por un lado, que los hombres con estudios superiores tienen menos probabilidades de desarrollar covid persistente. Por otro lado, se ha detectado que las mujeres, las personas con antecedentes de enfermedades autoinmunitarias, o bien las que presentan fatiga, taquicardia, ahogo o alteraciones neurocognitivas y neurosensitivas durante la COVID-19 aguda tienen mayor riesgo de desarrollarla y una menor probabilidad de curarse con el tiempo. En esta línea, un estudio independiente realizado en Estados Unidos y publicado recientemente en la revista Nature Medicine ha demostrado, en una cohorte de más de seis millones de personas, que la covid persistente puede llegar a provocar un mayor nivel de discapacidad que las enfermedades cardíacas o el cáncer.
La realización de cuestionarios ha permitido agrupar a los y las pacientes en 3 grupos en función de los síntomas, resultados que concuerdan con un estudio precedente realizado también en Estados Unidos. Estos 3 grupos no son excluyentes entre sí, sino que se diferencian por la acumulación de los síntomas y se ordenan de la A a la C, siendo el A el grupo que menos síntomas tiene y el C el que más.
Una recuperación inusual
El estudio también subraya que, de todas las personas del estudio con covid persistente, sólo un 7,6% se han recuperado durante los 2 primeros años de sufrir el síndrome. De las 26 personas que se han recuperado, la mayoría (24) pertenecían al grupo menos sintomático. Los factores que se han podido asociar a una mayor probabilidad de recuperarse son el sexo masculino, las personas que habían requerido admisión en la UCI debido a la COVID-19 o que tenían comorbilidades cardiovasculares, la falta de hambre y las alteraciones del gusto y el olfato. El dolor muscular, la disminución de la atención, la disnea o la taquicardia son síntomas que se asocian a una menor probabilidad de recuperación.
“Las bajas tasas de curación de la covid persistente indican que mientras la transmisión del SARS-CoV-2 continúe se seguirán acumulando los casos de personas con esta condición. Los sistemas de salud europeos, también el nuestro, deben encarar este problema y estar preparados para absorber y gestionar la demanda existente de una enfermedad que es muy real y que sigue en aumento”, añade Roger Paredes, jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Germans Trias e investigador principal de IrsiCaixa.